La campilobacteriosis genital bovina (BGC) es una enfermedad que impacta negativamente en el sector ganadero debido a su transmisión sexual y su capacidad para causar fallos reproductivos en las vacas infectadas, lo que resulta en considerables pérdidas económicas en la producción de carne bovina.

El agente causal principal de esta enfermedad es Campylobacter fetus subsp. venerealis (Cfv), junto con su variante biovar intermedius (Cfvi). Para diagnosticar la BGC, se ha recomendado tradicionalmente el cultivo microbiológico seguido de pruebas bioquímicas para caracterizar fenotípicamente la bacteria.

Sin embargo, en ciertas ocasiones, estas pruebas pueden no ser completamente efectivas debido a la falta de reactividad del Cfv o a la presencia de otras bacterias en las muestras, como el Campylobacter fetus subsp. fetus (Cff), que comparte similitudes genéticas y fenotípicas con el Cfv, o incluso bacterias saprofitas similares a Campylobacter.

Recientemente, un estudio realizado en colaboración entre el Departamento de Sanidad Animal de NEIKER, el SERIDA, la Universidad Complutense de Madrid (SALUVET) y el Laboratorio Central de Veterinaria (LCV) de Algete ha evaluado la concordancia entre las pruebas bioquímicas clásicas y las técnicas moleculares de PCR para el diagnóstico de la BGC.

Los resultados de este estudio, que analizó un amplio panel de aislados bacterianos, destacaron las limitaciones de las pruebas bioquímicas en la identificación precisa de las subespecies y biovares de Campylobacter fetus.

Sin embargo, se observó que modificaciones en los tiempos de incubación de las pruebas bioquímicas, particularmente prolongando la incubación a 5 días en lugar de 3, mejoraron significativamente la identificación fenotípica de la bacteria.

Por otro lado, la amplificación por PCR de tres dianas específicas (nahE e ISCfe1 para la identificación de subespecies, y el transportador L-Cyst ABC para el biovar) mostró una identificación precisa y confiable. Esta precisión se confirmó mediante la secuenciación del genoma completo de los aislados que mostraron resultados discordantes entre las técnicas.

El análisis genómico reveló una concordancia perfecta entre los resultados de la PCR y la presencia de genes específicos relacionados con la producción de H2S y el elemento de inserción ISCfe1, características distintivas del Cfv.

Estos hallazgos subrayan la utilidad de las técnicas moleculares, como la PCR, para la identificación precisa de las subespecies y biovares de Campylobacter fetus asociadas a mamíferos, lo que proporciona una herramienta valiosa para el diagnóstico efectivo y el control de la BGC en el ganado bovino.

INVESTIGADORES ESPAÑOLES CONSIGUEN NUEVOS AVANCES EN LA IDENTIFICACIÓN DE CAMPILOBACTERIOSIS GENITAL BOVINA