4. Aptitud reproductiva y su aplicación práctica

José A. García-Paloma

4.1. Asignación de la aptitud reproductiva en el toro

La categoría de aptitud reproductiva (ApR) de un toro, asignada en base a un análisis conjunto de las diferentes valoraciones efectuadas según los fundamentos de la metodología VART, no solamente determina si el toro es Apto o No Apto para realizar su función como semental, sino que, además, aporta información relevante para llevar a cabo un manejo reproductivo más eficiente durante el periodo de cubrición.

En la Tabla 9 se resumen los criterios para la interpretación de las cuatro valoraciones contempladas: Sanitaria, Física, Seminal y de Comportamiento. Las valoraciones Sanitaria, motilidad progresiva (MP) en semen refrigerado y Habilidad copulatoria son dicotómicas con dos categorías: Apto y No Apto, mientras que el resto admite más categorías en razón a los umbrales establecidos. Los umbrales de CE15 están referidos a la raza Asturiana de los Valles.

Tabla 9. Metodología VART. Criterios para establecer las categorías en cada una de las valoraciones

Las valoraciones necesarias para determinar si un toro es Apto como semental estarán en función del escenario donde se encuentre. En los casos donde los toros son destinados a subastas amparadas por un Organismo Oficial, se deberían consensuar a nivel nacional los requerimientos exigidos, mientras que cuando los toros se valoran en una explotación, las valoraciones a realizar serán a demanda del ganadero tras el asesoramiento de su veterinario después de considerar las particularidades epidemiológicas y los factores de riesgo sanitario de la ganadería. Las valoraciones de Comportamiento se restringen a su realización en las ganaderías donde los toros van a ser empleados como sementales. En cualquier caso, el profesional veterinario que emita un informe sobre la ApR de un toro responderá únicamente por las valoraciones realizadas y hará siempre mención en el mismo a la metodología utilizada.

Del análisis conjunto de las valoraciones efectuadas se proponen cuatro categorías posibles para la definición de la ApR del toro:

No Apto. Se asigna al toro que en alguna de las valoraciones realizadas ha sido calificado como No Apto.

Aceptable. Se asigna al toro que superando la calificación de No Apto, es calificado con la categoría Aceptable en alguna de las valoraciones. Estos toros se consideran válidos como sementales, aunque deben ser utilizados con alguna restricción. Por ejemplo, los toros con un defecto físico transmisible tendrían restringida la opción de dejar descendencia para reposición, mientas que los toros con calificación Aceptable en su CE o en su calidad seminal verían restringido su manejo reproductivo a unas condiciones de Baja exigencia reproductiva.

Apto. Se aplica al toro que en todas las valoraciones realizadas es calificado como Apto. La calificación de Apto se podrá ampliar a Apto+ o Apto++ cuando, además, el toro tenga una circunferencia escrotal ajustada superior a la media de la raza, o de categoría Superior, respectivamente.

Diferido. Se aplica a toros con calificación No Apto o Aceptable que se sospecha pueden mejorar su valoración si se valoran nuevamente. Ponemos tres ejemplos: 1) toros que en una primera colecta no alcanzan la categoría de Apto en algún parámetro de calidad seminal, 2) toros jóvenes con inmadurez espermática, y 3) toros que en el momento de la valoración se están recuperando de un proceso con pronóstico favorable (una subnutrición invernal, una infección o un traumatismo). Si se sospecha que la espermatogénesis puede estar afectada, la valoración se repetirá unos 60 días después de superado el proceso con el fin de que un nuevo ciclo espermático no condicionado por el mismo pueda ser valorado.

4.2. Aptitud reproductiva del toro y su aplicación en la práctica ganadera

La posibilidad de emplear la categoría de ApR para orientar el manejo reproductivo del toro durante la época de cubrición, es un nuevo enfoque que se aborda desde esta Guía. Pero antes y como paso previo, vamos a definir un concepto relevante y novedoso que ya ha sido mencionado en secciones anteriores, la “exigencia reproductiva” (ER), así como el criterio empleado para establecer sus tres categorías: Alta, Media y Baja.

La ER la definimos como el mayor número de vacas cíclicas que el ganadero pone a la disposición de un toro en un momento dado, generalmente al inicio del periodo de cubrición. Dicho de otra manera, la ER determinará el número de vacas que saldrán en celo por día y por toro en un lote de cubrición, tanto si el sistema de cubrición empleado es el simple como el grupal. El concepto de ER aunque está más orientado a caracterizar a los toros, también lo utilizamos para caracterizar a una ganadería en base a la ER que decide para sus toros.

Para definir la categoría de ER Alta nos apoyamos en la metodología BBSE australiana que describe al toro Apto como aquél capaz de preñar por monta natural el 60% y el 90% de 50 vacas cíclicas en las 3 y en las 9 primeras semanas del periodo de cubrición, respectivamente (Fordyce et al., 2006); es decir, un toro sometido a una ER Alta cubriría con el nivel de preñez reseñado un promedio de 2,4 vacas por día durante las primeras 3 semanas del periodo de cubrición. La proporción toro:vaca 1:50 se utiliza con excelentes resultados en la práctica ganadera cuando se cumplen unas condiciones óptimas de sanidad y alimentación (Acuña, 2008). No obstante, teniendo en cuenta que el riesgo de lesiones en los toros por el elevado número de cubriciones puede tener consecuencias graves cuando se utiliza el sistema individual de cubrición, decidimos bajar el umbral a 40 vacas cíclicas por toro para definir esta categoría. Chenoweth y Taylor (2002), Barth (2013) y Beggs (2013) también coinciden en esta recomendación. Es importante señalar que el empleo de toros a una Alta ER tiene la ventaja adicional que el ahorro en costes por el empleo de menor número de toros, se puede derivar a la adquisición de toros de mayor mérito genético y a acelerar el proceso de selección de la ganadería.

Por otro lado, y en base a la pauta de manejo más habitual utilizada en las ganaderías extensivas de producción de carne de asignar 25 a 30 vacas por toro (Koziol y Armstrong, 2018) sin tener en cuenta su ciclicidad, establecemos el rango 20-39 vacas cíclicas por toro para asignar la categoría de ER Media.Finalmente, la categoría de ER Baja la definimos para aquellos toros a los que se asignan menos de 20 vacas cíclicas.

En España las ganaderías extensivas de producción de carne suelen tener los partos distribuidos a lo largo de todo el año: invierno 30,6%, primavera 29,7%, verano 18,4%, otoño 21,3%, y una estructura de rebaño caracterizada por un toro por cada 20-30 vacas censadas sin hacer referencia a su ciclicidad (MAPAMA, 2018). Si a esta situación se le agrega la excesiva parcelación que se aprecia sobre todo en el norte de España limitando el número de vacas que el ganadero puede asignar a cada toro, es fácil concluir que la mayoría de los toros de nuestro país se encuentran infrautilizados por estar sometidos a una Baja ER. En la Figura 28 se presentan diferentes escenarios de ER para un sistema simple de cubrición donde se varía el número de vacas asignadas por toro y el porcentaje de ciclicidad.

Figura 28. Exigencia reproductiva del toro en función del número de vacas asignadas y de su porcentaje de ciclicidad

 

Finalmente, conocida la categoría de cada una de las valoraciones realizadas (Sanitaria, Física, Seminal, circunferencia escrotal ajustada, Habilidad copulatoria y Capacidad de servicio), nos encontramos en disposición de orientar la ER de cada uno de los toros partiendo del supuesto que el nivel nutricional no va a ser un factor limitante. En la Tabla 10 se muestran los requisitos mínimos que deberían reunir los toros para cada una de las categorías de ER a la que se fueran a utilizar, así como la periodicidad con la que se deben realizar las valoraciones. Los toros de ER Alta y Media deben ser Aptos en todas las valoraciones, con la salvedad que los de ER Alta deben tener, además, una CE ajustada superior a la media de la raza y ser Aptos en una Capacidad de servicio valorada con periodicidad anual. Los toros que tengan al menos una calificación Aceptable en las valoraciones Física, Seminal, CE ajustada o Capacidad de servicio, serán utilizados a una ER Baja, siempre y cuando, sean Aptos en sus valoraciones Sanitaria y de Habilidad copulatoria. Queremos resaltar que este planteamiento orientado a un manejo reproductivo más eficiente de los toros, no deja de ser una recomendación que debe ser contrastada y posteriormente adaptada a las condiciones particulares de cada ganadería.

Tabla 10. Requisitos mínimos que deben reunir los toros en función de la exigencia reproductiva (ER) a la que se van a someter y periodicidad de las valoraciones1

4.3. El informe de Aptitud reproductiva

Consideramos que el diseño de una aplicación informática ligada a esta Guía y a disposición de los veterinarios, que capte todas las valoraciones y que emita mediante un informe la aptitud reproductiva del toro, puede impulsar en nuestro país el proceso de unificación de criterio sobre esta metodología. No obstante, pensamos que el diseño de la aplicación debería plantearse una vez la metodología VART transite por la vía del consenso, se vea su recorrido y grado de aceptación.

Mientras tanto, presentamos un modelo de informe con información complementaria en el reverso para su mejor comprensión. Es el caso de un toro evaluado en su ganadería, donde la metodología VART queda integrada en el control sanitario y reproductivo anual.

 

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