1. VALORACIÓN FÍSICA

José A. García-Paloma  
Gerardo Noval Camblor  
Carlos Carleos Artime 
Giovanni Montoya Monsalve

La valoración Física, dentro del contexto de la metodología BBSE, tiene como objetivo identificar los toros con anomalías anatómicas o lesiones que pueden ver limitada o impedida su libido o su habilidad copulatoria, así como aquellos que puedan ser transmisores de caracteres no deseables a su descendencia.

La búsqueda de anomalías y lesiones anatómicas se abordará en esta sección desde la exploración clínica, no obstante considerando importante su detección, se pone énfasis en el diagnóstico y en el pronóstico de los hallazgos encontrados. Por tanto, en esta Guía y de forma innovadora se integran las valoraciones Física, Sanitaria y Ultrasonográfica con el fin de que la metodología VART posibilite juicios de valor más precisos sobre la aptitud reproductiva (ApR) de los toros.

La mayor parte de este capítulo, excepto el apartado de condición corporal, ha sido elaborado en base a los planteamientos emitidos por los principales sistemas BBSE de referencia (Barth, 2013; Beggs, 2013, Koziol and Armstrong, 2018; Penny, 2018).

La valoración física del toro se hará primero de forma general, y después, se abordará en cada una de las zonas corporales. Cada zona se podrá evaluar por la ausencia o presencia de alteraciones morfológicas, de un síntoma o de una lesión conforme a tres posibles opciones: normal, con defecto leve o con defecto grave; y del análisis conjunto de todas las valoraciones, el toro será clasificado en su valoración Física por una de las siguientes categorías: Apto, Aceptable y No Apto. La categoría No Apto se destinará a toros con defectos graves de mal pronóstico, mientras que la categoría Aceptable se asignará a toros con defectos trasmisibles a la descendencia que no impiden su habilidad copulatoria, o a toros que superando el umbral de No apto, tienen una reducida circunferencia escrotal. Los toros con categoría Aceptable se podrán utilizar como reproductores, pero siempre con alguna restricción. En el primer caso tendrán restringida la posibilidad de dejar descendencia para reposición, y en el segundo, por una menor producción espermática, serán utilizados en unas condiciones de Baja exigencia reproductiva.

1.1. Historia clínica

La historia clínica se considera una información relevante que debe transmitir el ganadero. Esta información debe contribuir a facilitar la interpretación de las diferentes valoraciones de la metodología BBSE, a clasificar el toro por su ApR y a orientar su manejo durante el periodo de cubrición.

Formarán parte de la historia clínica las enfermedades recientes o en proceso de curación con su tratamiento, las vacunaciones, las pruebas de diagnóstico realizadas en el último año, el temperamento del toro, el nivel nutricional recibido durante el mes previo (Bajo, Medio o Alto en función de la calidad y de la cantidad de la ración recibida), así como la razón de su valoración: 1) valoración en la propia ganadería como toro comprado, como control reproductivo de rutina, o como toro “problema”, 2) valoración en un Centro de Testaje previo a una subasta, o 3) valoración por encargo en una operación de compraventa. Si se conoce, se registrará la exigencia reproductiva a la que el toro se desea someter durante el periodo de cubrición: (Baja < 20 vacas cíclicas, Media 20-39 o Alta ≥40), el tipo de cubrición (simple o grupal) y la duración de este periodo. Respecto al manejo de la ganadería se dejará constancia de posibles factores de riesgo para su estado sanitario como el aprovechamiento de pastos comunales. El concepto de exigencia reproductiva se desarrolla en el apartado 4.2 de este capítulo.

1.2. Exploración general

La exploración general se aborda visualmente con el toro en movimiento tratando de constatar su armonía, su reacción ante ciertos estímulos provocados y la ausencia de anomalías en una primera impresión. La temperatura, ritmo cardiaco, auscultación, percusión y palpación del tórax y del abdomen no son exploraciones de rutina en metodología BBSE. Solamente se llevarán a cabo cuando algún síntoma del toro lo justifique. A consideración del profesional veterinario, también se podrá requerir la realización de perfiles metabólicos y minerales para detectar posibles deficiencias.

En este apartado se valorará el estándar racial cuando se considere un elemento esencial de la ApR del toro.

1.3. Aparato locomotor

Durante el periodo de cubrición y dependiendo de la orografía y del tamaño de las zonas de pastoreo, el toro puede llegar a recorrer grandes distancias como consecuencia de la búsqueda y seguimiento de vacas en celo, normalmente integradas en el grupo sexualmente activo (Chenoweth, 1981; García-Paloma, 1984). Las anomalías músculo esqueléticas pueden comprometer seriamente esta función de seguimiento, así como la habilidad copulatoria, suelen agravarse con la edad y con el peso, y exceptuando las de origen traumático, todas ellas se consideran heredables. Por ello, se recomienda el descarte de toros jóvenes con anomalías graves de aplomos y no su corrección con el arreglo periódico de pezuñas.

La valoración del aparato locomotor se hace observando al toro tanto en movimiento por ambos costados como en posición estática por su parte anterior y posterior. Se prestará especial atención a los aplomos, articulaciones y a la forma de apoyar sus pezuñas. Las verticales de referencia para la evaluación de los aplomos son, la que pasa por la articulación escápulo humeral para las extremidades anteriores y la que pasa por la tuberosidad isquiática para las extremidades posteriores. Las anomalías más comunes de aplomos se presentan en la Figura 1.

La sobrecarga descompensada de peso corporal sobre las pezuñas como consecuencia de defectos graves en los aplomos, puede originar la inflamación del corion podal (laminitis) o su crecimiento excesivo y deforme (uñas en espiral). La hinchazón generalizada de los corvejones por un exceso de líquido sinovial o en una forma más localizada (bursitis), se ha observado en toros jóvenes estabulados con una alimentación alta en concentrados y también como consecuencia de procesos de osificación alterada del cartílago (osteocondrosis). En la zona interna de la pezuña se pueden detectar lesiones proliferativas que se asocian a uñas abiertas (fibromas interdigitales).

Como anomalías de origen neuronal se han descrito espasmos musculares asociados a corvejones rectos y artritis (síndrome espástico) y estiramiento con desplazamiento hacia atrás de una o de las dos extremidades posteriores (paresia espástica).

 

Figura 1. Anomalías más comunes en los aplomos del toro. (NSW Government, Australia)

 

Tras examinar el aparato locomotor, el resto de la valoración física ya se hace en la manga de manejo. La exploración física puede ser difícil en toros de fuerte temperamento, así que, en los casos donde se vaya a colectar semen por electroeyaculación, conviene realizarla después de la colecta al quedar los toros más relajados. En la Figura 2 se presenta un modelo de manga en base a las recomendaciones de Barth (2000) para la exploración del toro y para la colecta seminal (76 cm de anchura, 210 cm de longitud y una apertura del hueco inferior y superiores de 30 cm y 45 cm, respectivamente). La contención del toro se facilita con la posibilidad de colocar dos barras posteriores adaptables a su tamaño. Cuando se trabaja con toros de buen temperamento, el amarre con una cuerda por la zona metatarsiana de la pata coincidente con el lateral de trabajo incrementa las condiciones de seguridad.

 

Figura 2. Manga de manejo para valorar la aptitud reproductiva de toros

 

1.4. Condición corporal

La condición corporal (CC) es un parámetro que refleja fielmente si el nivel nutricional que ha recibido el toro durante un periodo de tiempo previo a la valoración ha cubierto sus necesidades nutricionales. Para su valoración se utiliza una escala de 1 a 5 con 0,5 puntos de precisión (The Scottish Agricultural College, 1984; Waldner et al., 2010; Beggs, 2013; Barth, 2013; Penny, 2018), pudiéndose ver los criterios para asignar los puntos de esta escala en la Tabla 1. En el nivel más bajo de CC se evidencia con nitidez toda la estructura ósea como consecuencia de una movilización extrema de las reservas musculares y adiposas, mientras que en el nivel más alto, la estructura ósea no se aprecia por un grado máximo de cobertura de reservas. El toro, al igual que las vacas, debe recibir un adecuado aporte nutricional durante la época de mayores requerimientos, la época de servicio. No obstante, durante esta época, siempre suele producirse una pérdida de CC dependiente de la exigencia reproductiva y del nivel nutricional recibido por el toro. En general, una CC de 3,5 al inicio del periodo de cubrición se considera adecuada.

Tabla 1. Criterios para valorar la condición corporal en el toro

Los criterios para definir los diferentes puntos de la escala de CC se han basado en razas de origen británico que localizan más sus reservas grasas en la zona subcutánea que otras razas europeas. Por esta razón, se aconseja que los criterios de evaluación se ajusten a cada raza en la medida de lo posible.

1.5. Cabeza

Este apartado se valorará desde el punto de vista funcional salvo en aquellos casos donde el cumplimiento del estándar racial se considere esencial.

Se pondrá especial atención a las alteraciones que puedan causar una reducción en la visión como cicatrices corneales (leucomas) derivadas de procesos infecciosos como la queratoconjuntivitis o lesiones en conjuntiva, córnea y/o párpados, propias del hereditario carcinoma ocular.

Así mismo, se pondrá énfasis en la búsqueda de anomalías que puedan limitar la capacidad de ingestión de hierba en pastoreo, entre ellas, el excesivo desgaste dental o la existencia de alteraciones graves en la alineación de los dientes incisivos con respecto al rodete o almohadilla maxilar: mandíbula adelantada o prognatismo y mandíbula retraída o retrognatismo.

1.6. Escroto y forma escrotal

Con independencia de la temperatura ambiente, a través de la superficie de la piel del escroto y de la mayor o menor elongación del cuello escrotal, la temperatura testicular se mantiene unos 4°C por debajo de la temperatura corporal con el fin de mantener unas condiciones idóneas para la producción espermática y para su conservación en el testículo mientras no se produce una eyaculación. Cuando el mecanismo de termorregulación falla y se incrementa la temperatura testicular, bien por una temperatura ambiente elevada, por anomalías detectadas en el cordón espermático que alteran el flujo sanguíneo al testículo, o por la simple forma del escroto que mantiene a los testículos demasiado cerca de la zona abdominal, la espermatogénesis se altera con un aumento en el porcentaje de anomalías espermáticas y se produce un descenso de la fertilidad.

En días con temperatura ambiente baja o moderada, el cuello escrotal suele encontrarse contraído y no permite evaluar convenientemente la verdadera forma del escroto, la palpación de testículos y epidídimos, ni siquiera una precisa medición de la CE. Por ello, en estas circunstancias, se recomienda proceder a la elongación manual del cuello escrotal presionando los testículos hacia la parte inferior del escroto.

En la evaluación de la Forma escrotal se distinguen tres categorías (Figura 3). 1) En la forma Pendular, considerada como la idónea para una buena termorregulación testicular, el cuello escrotal aparece estrecho claramente diferenciado de la zona central del escroto y los cordones espermáticos fácilmente palpables. 2) En la forma Recta, la anchura del cuello es similar a la parte central del escroto y se suele apreciar en dos tipos de toros: los que tienen hipoplasia testicular y los que como consecuencia de una elevada CC acumulan grasa en su cuello escrotal. En el caso de la hipoplasia testicular, la forma Recta se considera un defecto grave al ser irreversible, mientras que en el caso de los toros engrasados el defecto se considera leve porque es previsible su normalización cuando el toro movilice sus reservas. En estos toros con elevada deposición grasa se hace difícil el movimiento testicular dentro del escroto así como la palpación de testículos y de cordones espermáticos. 3) En la forma Ascendida, considerada como defecto grave, el escroto aparece corto y en forma de cuña, el cuello escrotal no es palpable y los testículos que se encuentran muy cerca de la zona abdominal no pueden ser palpados ni descendidos hacia la parte baja del escroto. Hay una cuarta forma escrotal, más frecuente en las razas Bos indicus que en las razas Bos taurus, denominada Larga. En esta forma Larga, el cuello escrotal aparece excesivamente elongado por una relajación permanente del músculo cremáster y la base escrotal por debajo de la línea del corvejón. Los toros con esta forma escrotal que pastan en zonas con plantas maduras o leñosas, tienen mayor probabilidad de sufrir dermatitis, procesos traumáticos o infecciosos.

Figura 3. Forma escrotal y (tamaño de la circunferencia escrotal)

 

Otras anomalías que pueden provocar alteración de la termorregulación testicular son: el incremento en el tamaño del cuello escrotal producido por la dilatación de las venas del plexo pampiniforme (varicocele) y el engrosamiento de la piel del escroto como consecuencia de procesos inflamatorios (dermatitis escrotal). Un síntoma típico de dermatitis escrotal lo podemos encontrar en la besnoitiosis.

1.7. Testículos y epidídimos

A la palpación, los testículos se mueven libremente dentro del escroto, tienen cierta simetría con diferencias de tamaño inferiores al 20% y una cierta consistencia o Tono testicular. La valoración del Tono testicular se hace manualmente y a la par en ambos testículos presionando sobre ellos con los dedos pulgares. Se valora su firmeza o resistencia a la presión y su elasticidad o recuperación de la consistencia inicial. Se emplea una escala de 1 a 5, siendo 1 muy duro, 5 muy flácido y 3 el considerado Tono normal. Aunque el tono testicular tiene escaso valor predictivo de la funcionalidad testicular, se asocia a mala calidad seminal en toros con valores extremos. Así pues, un Tono 1 se relaciona a testículos con fibrosis y calcificación, mientras que un Tono 5 se aprecia en toros con degeneración testicular.

A continuación, se exponen las anomalías y lesiones más comúnmente encontradas en testículos y epidídimos durante la exploración del aparato reproductor.

Degeneración testicular. Es una condición adquirida donde uno o los dos testículos evolucionan hacia un tono flácido y en casos graves hacia una reducción ostensible de tamaño. La degeneración testicular al afectar a la espermatogénesis puede ser irreversible y otras veces transitoria con una recuperación total de la funcionalidad testicular. Como causas desencadenantes de la degeneración testicular transitoria se han citado: las altas temperaturas, los agentes infecciosos, las deficiencias nutricionales, los tóxicos y los corticoides.

Hipoplasia testicular. Es una anomalía caracterizada por el tamaño reducido de uno o de los dos testículos, y a diferencia de la degeneración testicular no es progresiva sino congénita y de carácter hereditario. Se asocia a una baja concentración y motilidad espermática, a un elevado porcentaje de anomalías y a un mal pronóstico. Para una determinada raza y edad, Monke (1987) propone el umbral de la Media – 2 DE en el tamaño de la CE para definir la hipoplasia testicular.

Orquitis. Es un proceso inflamatorio agudo del testículo, generalmente unilateral, que suele cursar con dolor, edema escrotal (hidrocele) y aumento de la temperatura testicular. Cuando el proceso se cronifica el tono testicular se vuelve duro por fibrosis y calcificación. 

Hernia inguinal. Aunque puede ser congénita, normalmente es adquirida. La hernia inguinal se suele dar en toros que de jóvenes tuvieron una alta CC y un anillo inguinal dilatado como consecuencia de una excesiva deposición grasa. Tras una movilización de reservas y un sobreesfuerzo que conlleve una alta presión abdominal, un asa intestinal puede perforar el peritoneo, descender por el anillo inguinal y quedar alojada en el cordón espermático. Fácilmente detectable a la palpación, la hernia inguinal suele causar problemas de flujo sanguíneo y degeneración en el testículo dependiente. Esta condición es de mal pronóstico.

Hematoma. Generalmente secundario a un trauma, es poco frecuente. Interfiere en la termorregulación testicular y los toros que lo padecen de forma crónica tienen mal pronóstico.

Criptorquidia. Anomalía grave caracterizada por la ausencia de uno o de los dos testículos en el escroto.

Epididimitis. La palpación de la cabeza del epidídimo es difícil en animales jóvenes y en los que acumulan grasa en el cordón espermático, siendo más difícil todavía la palpación del cuerpo. Ambas estructuras epididimarias se pueden hacer más accesibles a la palpación si el testículo opuesto se desplaza hacia la parte superior del escroto.

En la epididimitis, frecuentemente unilateral, se suele apreciar un aumento de tamaño en el testículo afectado; bien por una acumulación espermática obstructiva o por un proceso inflamatorio que generalmente se acompañada con dolor. En la Figura 4 se pueden apreciar una epididimitis unilateral donde el testículo izquierdo es el afectado. Aunque la calidad del semen pueda ser buena, la epididimitis unilateral crónica se considera un defecto grave por su repercusión permanente en la producción espermática.

 

Figura 4. Epididimitis de testículo izquierdo. 1. Cabeza de epidídimo, 2. Cuerpo, 3. Cola.

 

Aplasia epididimaria. La aplasia de la cola del epidídimo por mostrarse pequeña y flácida a la palpación es fácilmente diagnosticable, no así cuando afecta al cuerpo y/o a la cabeza del epidídimo. Por un bloqueo en el transporte espermático, la aplasia testicular unilateral se asocia a oligospermia y en su forma bilateral, a azoospermia. La morfología espermática y la fertilidad no suelen estar alteradas, pero al ser una anomalía heredable con una producción espermática reducida, los toros que la padecen se califican como No Aptos.

Espermatocele y granuloma epididimario. El espermatocele se define como un quiste formado por acumulación de espermatozoides. El granuloma es una protuberancia provocada por la reacción de los espermatozoides infiltrados en el tejido circundante. Estas dos condiciones son anomalías asimétricas, detectables a la palpación que cursan sin dolor y que limitan el transporte espermático. Su pronóstico es malo.

1.8. Pene y prepucio

La exploración del pene se puede abordar por cuatro procedimientos:

1) Palpación externa a través de la piel, haciendo un recorrido completo desde el flexo sigmoideo hasta el orificio prepucial, pudiéndose detectar solamente lesiones muy evidentes como hematomas y verrugas de mediano a gran tamaño.

2) Exteriorización manual. La exploración rectal suele provocar una relajación del músculo retractor del pene y la visualización del glande. De no ser así, el acompañamiento de la exploración rectal con un ligero empuje del prepucio hacia la parte caudal, o la presión en la flexura sigmoidea son otras alternativas para la exteriorización del glande. En ambos casos y después de atar la pata coincidente con el lateral de trabajo por la zona metatarsiana para aumentar las condiciones de seguridad, tirando del glande con un guante de hilo se puede llegar a visualizar completamente el pene (Figura 5). La relajación del pene con acepromicina vía IV también se ha citado como una opción en toros con fuerte temperamento (Beggs, 2013).

 

Figura 5. Exteriorización manual del pene

 

3) Exploración visual del pene aprovechando la erección completa que a veces se produce durante la colecta de semen por electroeyaculación.

4) Exploración visual durante la prueba de Habilidad copulatoria. Esta es la mejor opción al permitir la observación de todas las anomalías, incluso la desviación ventral de pene que en el procedimiento 3 no sería posible distinguir de una erección normal.

Cuando el pene no haya podido ser visualizado y se acompañe de normalidad a la palpación por el procedimiento 1, en el informe de ApR se dejará constancia de esta circunstancia, así como la recomendación de confirmar su normalidad en la explotación de destino sobre una vaca en celo o mediante una prueba de Habilidad copulatoria.

A continuación, se describen las anomalías y lesiones más habituales que se pueden encontrar en la exploración de pene y prepucio.

Fractura de pene. La fractura más común suele producirse en el cuerpo cavernoso a la altura de la flexura sigmoidea como consecuencia de un traumatismo ocurrido durante la monta, bien por un movimiento brusco del toro con el pene en completa erección o por la caída de la vaca en el momento de la penetración. El hematoma que se desencadena y la hinchazón correspondiente se suelen localizar en la zona pre escrotal y tanto el prepucio como el glande pueden sufrir prolapso. Dependiendo del grado de afectación, el pronóstico puede ser favorable tras el tratamiento a base de hidroterapia y antibióticos, o requerir de una intervención quirúrgica, no más tarde de los siete días de producido el daño. Como recomendación general tras una intervención quirúrgica, se aconseja un descanso sexual de 2 meses y una prueba de Habilidad copulatoria que confirme la funcionalidad del pene antes de reanudar la actividad reproductiva. Tras la cronificación de lesiones graves se pueden producir abscesos, y en el caso de que el nervio dorsal del pene haya sido afectado, se puede llegar a una pérdida funcional por desensibilización.

Fallos en la erección. Por inexperiencia sexual, o por causas de naturaleza congénita o adquirida, el fallo de erección es una anomalía grave que impide al toro la penetración completa del pene y la eyaculación. En toros pre púberes la erección del pene no suele llegar a completarse porque el sistema de irrigación del cuerpo cavernoso no es totalmente estanco. En el caso de toros vírgenes se recomienda realizar la prueba de Habilidad copulatoria con el fin de que adquieran la experiencia necesaria antes de iniciar su periodo de cubrición.

Desviación de pene. Motivada por una insuficiencia del ligamento apical o dorsal del pene, los dos tipos más habituales de desviación son: la espiral y la ventral. La desviación en espiral en función del grado con que se presente, se asocia a una dificultad variable para la cubrición y tiene carácter hereditario. A veces una desviación leve se observa durante la colecta de semen por electroeyaculación sin consecuencias posteriores para la cubrición. Los toros con este defecto tendrán una calificación Aceptable, y se requerirá su confirmación en la explotación de destino. La desviación ventral es una anomalía grave donde el pene se curva ventralmente originando impotencia para la penetración.

Frenillo persistente. De carácter hereditario, el frenillo del pene es una banda de tejido que se extiende desde el prepucio ventral a la parte anterior del pene causando su desvío y la impotencia para la cubrición (Figura 6). Su corrección quirúrgica no es recomendable para toros de los que se quiera dejar descendencia.

 

Figura 6. Frenillo persistente de pene

 

Acortamiento del músculo retractor del pene. Este defecto puede ser hereditario o producido por una atrofia del músculo retractor del pene tras una injuria. Los toros con esta anomalía no tienen la libido afectada, intentan repetidamente la cubrición, pero como el pene no se exterioriza plenamente no llegan a culminarla con eyaculación. Esta condición es de mal pronóstico.

Analgesia dorsal del pene. Se describe como una falta de sensibilidad en la parte distal del pene provocada por un trauma o por la resolución quirúrgica de papilomas, frenillo persistente o hematoma asentado en esta zona. El pene presenta una erección adecuada, pero debido a esta sensibilidad disminuida, el toro falla en la localización de la vulva y en la penetración.

Verrugas en pene. Los fibropapilomas son más comunes en toros jóvenes que en adultos. Con formato peduncular o difuso, suelen situarse en la parte distal del pene. En su forma difusa, por su mayor extensión, pueden provocar analgesia de pene y dificultad para la penetración. El pronóstico de esta anomalía es favorable y muchas veces los toros se recuperan espontáneamente. Cuando las verrugas se eliminan de forma quirúrgica, es necesaria la revisión del toro pasados 1-2 meses, porque no se descarta su recidiva. Dado que las verrugas son de etiología vírica y que se pueden propagar a través de la cópula, los toros afectados no deberían utilizarse como reproductores hasta haber comprobado su total remisión.

Balanitis, postitis y balanopostitis. La inflamación del pene (balanitis), del prepucio (postitis) o de ambos, se asocia a infecciones bacterianas o víricas siendo la más común la originada por el herpesvirus bovino 1. Cuando la naturaleza infecciosa no se corresponda con enfermedades de transmisión venérea, los toros con lesiones leves pueden tener pronóstico favorable, por el contrario, las lesiones graves comprometen la habilidad copulatoria del toro, al cursar con cicatrización y adherencias.

Traumas en pene y prepucio. Las lesiones de pene por traumas pueden acompañarse de dolor, hemorragia e incapacidad para la penetración, mientras que en las lesiones de prepucio podemos apreciar inflamación, estenosis y prolapso. Para la detección de los traumas de pene se debe exteriorizar por alguno de los procedimientos antes señalados, aunque el más eficaz es la prueba de Habilidad Copulatoria. El pronóstico estará en función de la gravedad de las lesiones ya que determinará la capacidad del toro para expresar su libido y su habilidad copulatoria. El pronóstico es favorable en los casos leves, tratados a tiempo de forma quirúrgica o medicamentosa, pero no así en los casos graves, donde la cronificación de las lesiones pueden acabar en parafimosis (incapacidad para retraer completamente el pene en la cavidad prepucial) o en fimosis (incapacidad para su exteriorización). Una lesión grave de pene se ha descrito como consecuencia de la compresión por anillos de pelo que puede provocar bloqueo circulatorio y a veces, la amputación.

Prolapso de prepucio. Fallo en el músculo retractor del prepucio que impide que el epitelio prepucial se retraiga. Originado generalmente por daño traumático, se suele acompañar de infección y fimosis.

1.9. Glándulas sexuales accesorias

Las glándulas sexuales accesorias (bulbouretrales, próstata y vesículas seminales) aportan al eyaculado el plasma seminal con los nutrientes y los componentes necesarios para activar y mantener la cinética espermática. Para su localización se toma como referencia la uretra, firme estructura tubular que se hace pulsátil a la palpación por las contracciones del músculo uretral que la rodea. Las glándulas bulbouretrales están incrustadas en el músculo uretral cerca de la región anal y no son palpables, mientras que la próstata se evidencia fácilmente como una banda transversal en forma de anillo que hace relieve sobre la zona craneal de la uretra. En dirección cráneo lateral a la próstata se despliegan las vesículas seminales como una estructura par, de tamaño variable (8-15 cm de largo, 3-5 cm de ancho y 1-2 cm de grosor), lobular y móvil a la palpación. Entre ambas vesículas seminales se localizan con facilidad las ampollas del conducto deferente, estructuras tubulares con función de reservorio espermático (Figura 7).

 

Figura 7. Aparato genital interno del toro: 1. Vejiga de la orina, 2. Ampolla del conducto deferente, 3. Vesícula seminal, 4. Próstata, 5. Músculo uretral, 6. Glándula bulbouretral

 

De las lesiones que se pueden encontrar en las glándulas accesorias, la inflamación de las vesículas seminales (vesiculitis) es la más común. En la mayoría de los casos no se aprecian síntomas externos, pero ocasionalmente en procesos agudos puede acompañarse de fiebre, o de dolor asociado a la palpación, a la defecación o a la cubrición. La vesiculitis unilateral o bilateral, sola o asociada con epididimitis, orquitis o infección de otras glándulas accesorias, se da con más frecuencia en toros jóvenes y cursa con incremento de tamaño, pérdida de lobulación y dureza (Figura 8).

 

 Figura 8. Vesiculitis bilateral y vesículas normales en toros con 15 meses de edad. 1. Vejiga, 2. Ampolla del conducto deferente, 3. Vesícula seminal, 4. Próstata, 5. Músculo uretral)

 

En casos crónicos, las vesículas seminales además de aparecer duras y fibrosas, se pueden acompañar con adherencias, abscesos y fístulas con drenaje en recto. En toros con vesiculitis suelen evidenciarse leucocitos en el eyaculado, que en caso de ser abundantes pueden aparecer en el semen como un precipitado purulento. Cuando una muestra de semen se tiñe con eosina-nigrosina, los leucocitos con membrana intacta aparecen redondeados, blancos y con un diámetro de 1 a 2 veces superior a la longitud de la cabeza del espermatozoide (Figura 9). Los toros que padecen vesiculitis se declaran No Aptos, salvo los casos leves que pueden curar de forma espontánea o tras el tratamiento con antibióticos como la tulatromicina.

Figura 9. Leucocito en una muestra de semen teñida con eosina-nigrosina

 

1.10. Circunferencia escrotal

La circunferencia escrotal aunque también forma parte de la valoración Física, es un parámetro que se evalúa de forma independiente en la metodología BBSE por la importancia que tiene en la funcionalidad reproductiva del toro. La medición de la CE es sencilla y repetible aunque requiere que se haga con una cinta métrica específica para este fin. El escroto se abarca con la cinta por la zona de mayor diámetro y sin ejercer presión alguna sobre el cuello con el dedo pulgar, la CE se mide con una precisión de 0,5 cm (Figura 10).

 

Figura 10. Medición de la circunferencia escrotal

 

La valoración de la CE está orientada principalmente a toros jóvenes antes de que inicien su vida como sementales, ya que a esta edad, la probabilidad de encontrar patologías testiculares es baja, y es respecto a esta categoría que se tienen los umbrales característicos de cada raza. Se ha comprobado que la CE tiene una relación positiva con la producción y con la calidad seminal (Coe, 1999), negativa con la edad a la pubertad (Smith et al., 1989) y una heredabilidad moderada-alta (0,41-0,57) (Bourdon and Brinks, 1986; Lunstra et al., 1988; Kealey et al., 2006). Por otra parte, también se ha constatado que las hijas de toros con mayor CE presentan menor edad a la pubertad y al primer parto, y un retorno a la ciclicidad con menos días posparto que las hijas de toros con menor CE (Moser et al., 1996; Siddiqui et al., 2008). La orientación productiva de la raza también incide en el tamaño de la CE. Así, de mayor a menor tamaño estarían las razas de aptitud lechera, doble aptitud y aptitud cárnica. A similar aptitud productiva, la CE está condicionada positivamente por el tamaño de la raza y en un contexto más general, los toros de razas Bos taurus tienen una CE superior a los toros de razas Bos indicus (Barth, 2000; Menegassi et al., 2011).

El crecimiento de la CE no es uniforme con la edad, sin embargo, Barth (2013) considera que es similar entre razas cuando se relaciona a distintos tramos de edad (Tabla 2). Esta aseveración está justificada por el hecho que la evolución del tamaño testicular es la resultante de los cambios estructurales producidos en el parénquima testicular como consecuencia de los procesos fisiológicos ocurridos durante los periodos peripuberal, puberal y postpuberal, siendo el más relevante el incremento en el diámetro de los túbulos seminíferos (Staub and Johnson, 2018).

Tabla 2. Crecimiento de la circunferencia escrotal en toros en función de la edad

El crecimiento testicular es lento durante los primeros seis meses de vida, muy rápido durante la fase peripuberal que transcurre entre los 10 y los 12 meses, y va disminuyendo gradualmente hasta los dos años de edad, en que alcanza el 90% del tamaño adulto. Éste se logra en torno a los cuatro años de edad (Cates, 1981; Kastelic, 2014).

El sistema SFT americano fija un mismo umbral de descarte, 30 cm, para los toros de razas Bos taurus de aptitud cárnica que tienen una edad entre 12 y 15 meses (Hopkins and Spitzer, 1997), en base a que la mayor parte de los toros que alcanzan este umbral son maduros desde el punto de vista espermático (≥ 30% de motilidad progresiva y ≥ 70% de normalidad espermática; Brito et al., 2004).

El sistema WCABP canadiense por su parte, sí hace distinción entre razas y también establece diferencias de umbral de descarte por edad entre los 12 y los 14 meses. Inicialmente, el sistema canadiense consideró No Aptos a los toros cuya CE era inferior a la media menos una desviación estándar (DE) y en consecuencia, el nivel de descarte que aplicaba era del 16% (Coulter et al., 1987; Barth, 2000). Actualmente y debido al incremento en la CE que han experimentado los toros de las razas de aptitud cárnica en Canadá, se ha actualizado el umbral y el percentil de descarte se ha establecido en el 10% (Barth, 2013). Finalmente, el sistema ACV australiano ha caracterizado a sus razas más comunes y ha fijado el umbral de descarte en el percentil 5% tras ajustar la CE en función del peso y del crecimiento diario (Beggs, 2013).

Se aprecia por tanto una disparidad de criterio entre los diferentes sistemas BBSE para valorar a los toros por su CE, destacando que a pesar de la repercusión positiva que la CE tiene sobre la eficiencia reproductiva del toro y sobre su descendencia, todos los sistemas fijan un umbral de descarte pero ninguno hace distinción entre los toros calificados como Aptos (García-Paloma, 2015).

Con el fin de poner en valor el mérito de los toros por el tamaño de su CE, la guía VART propone una nueva forma para su categorización según el procedimiento que a continuación se describe.

En el Centro de Testaje de la raza Asturiana de los Valles (AV), sobre 1.135 toros de genotipo culón, con edades comprendidas entre los 12 y los 16 meses, con una condición corporal media de 4,0, se midió la CE al finalizar su periodo de testaje. Con el fin de hacer comparables estas mediciones, la CE se ajustó a 15 meses de edad utilizando el siguiente modelo elaborado a partir de los crecimientos de la CE mostrados en la Tabla 2.

Donde, DAjuste son los días a los que se quiere realizar el ajuste, en este caso 457,5, y CE y Edad, la circunferencia escrotal y la edad del toro en días en el momento de la medición. En la Figura 11 se puede apreciar la evolución de la CE de un toro con 28 cm a los 10 meses de edad.

Figura 11. Ajuste de la CE por edad en un toro con 28 cm a los 10 meses de edad

 

Los valores de CE15 en los toros AV fueron analizados excluyendo previamente los valores extremos, es decir, aquellos que tuvieron un residuo estudentizado superior a 3 en valor absoluto (Schlotzhauer and Littell, 1997). La CE15 mostró tener una distribución normal, test de Shapiro Wilk (P=0,1721), con una media y una DE de 33,84 ± 2,29 cm. Como consecuencia de ello, la regla empírica de la distribución normal fue utilizada para establecer los umbrales y las categorías de valoración. Este procedimiento se considera extrapolable para cualquier raza y para cualquier edad de ajuste.

Criterio de valoración

Los umbrales para caracterizar la CE de una raza, al tener consecuencias para el descarte y para la selección, deben ser elegidos por cada asociación de ganaderos. La asociación de ganaderos de la raza Asturiana de los Valles (ASEAVA) fijó el umbral de descarte o de la categoría No Apto en 30 cm, lo que supuso un porcentaje asociado de eliminación poblacional del 4,7%. Este umbral de descarte, como los elegidos para las categorías Aceptable, Apto y Superior, se presenta en la Figura 12.

Figura 12. Criterios para caracterizar toros de raza Asturiana de los Valles por su CE15

 

En la Tabla 3 se presentan los umbrales de descarte de CE15 que hubieran correspondido a la raza AV si se hubiera aplicado el percentil de otros sistemas BBSE de referencia.

Tabla 3. El percentil de CE15 como criterio para fijar el umbral de descarte

El sistema ACV australiano incorpora la categoría Aceptable para toros que quedan un poco por debajo del umbral establecido para la categoría Apto en los parámetros motilidad progresiva y normalidad espermática, considerando a estos toros válidos para su empleo en monta natural, pero no así para su ingreso en los centros de inseminación artificial por su supuesta menor fertilidad (Fordyce et al., 2006).

Siguiendo este mismo criterio, y como novedad frente a otros sistemas BBSE de referencia, en la guía VART incorporamos la categoría Aceptable para clasificar a los toros por su CE. El umbral de esta categoría lo fijamos en la Media – 1 DE, el mismo que propuso el sistema WCABP en el año 2000 como umbral de descarte (García-Paloma, 2017). Nosotros consideramos que los toros con categoría Aceptable, a pesar de tener asociada una menor producción espermática que los toros con mejor valoración, podrían tener un buen rendimiento reproductivo en muchas de nuestras ganaderías de vacuno extensivo donde los toros están sometidos a una baja exigencia reproductiva (< 20 vacas cíclicas por toro durante el periodo de cubrición). El concepto de exigencia reproductiva será abordado al final de este Capítulo.

Se ha comprobado una estrecha relación entre la condición corporal (CC), el nivel  de cobertura de grasa subcutánea y la CE. Barth et al. (1995) pudieron evidenciar que toros de raza Charolesa con dos años de edad adquiridos en subasta, perdieron 54,6 kg de peso y redujeron su CE en 2,2 cm después de 55 días donde recibieron una alimentación a base de hierba y heno con suplementación esporádica de grano. A la hora de proponer unos umbrales de referencia para una raza se debería indicar la CC de los toros que fueron utilizados para su caracterización, de manera que, cuando se valorara la CE de un toro, se pudiera establecer algún mecanismo de corrección si su condición corporal fuera muy diferente. Ante la falta de un criterio definido, proponemos que la CE del toro evaluado se incremente en 1 cm por cada unidad de CC por debajo de la considerada de referencia.

Otra novedad que incorporamos con respecto a otros sistemas BBSE de referencia es la categoría Superior; con un umbral fijado en la Media + 1 DE, se situaría en 36,1 cm para la raza AV. En esta categoría estaría representado el 16% de los toros con mayor CE15 de la población, una categoría que podría ser utilizada como criterio de selección.

No disponemos de datos respecto a la caracterización y a la definición de umbrales de otras razas españolas respecto a una CE ajustada. A modo de ejemplo y utilizando el procedimiento antes descrito, presentamos los umbrales de CE15 que corresponderían a las razas que el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España según el Real Decreto 45/2019 denomina razas integradas. Para su estimación se han aplicado los valores medios de CE de estas mismas razas en Canadá a los 12 meses de edad, una DE de 2,2 (Arteaga et al., 2001) y un umbral de descarte situado en el percenil 5% (Tabla 4).

Entre los umbrales de descarte de CE15 asignados a las diferentes razas, destaca el de la raza Blonde de Aquitania, 28 cm, muy por debajo de los 30 cm que el sistema SFT propone para garantizar la madurez espermática en la mayoría de las razas. En esta raza en concreto, habría que determinar la edad a la cual se consigue mayoritariamente la madurez espermática, fijar esta edad como la mínima para valorar la aptitud reproductiva de los toros y elegir la edad más frecuente de valoración entre los toros jóvenes para realizar el ajuste.

Tabla 4. Umbrales de CE15 para diferentes razas

Concluimos que la categoría de la CE ajustada se asigna una sola vez en la vida reproductiva del toro, siempre antes del inicio de su primer año de cubrición y en el rango de edad que se tenga considerado para cada raza. Esta categoría se mantendrá a la hora de valorar la aptitud reproductiva del toro en años posteriores, por lo que la medición sistemática y anual de la CE tendrá como objetivo verificar patologías por un cambio brusco respecto a la medición efectuada en el año anterior.

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